“La mejor victoria es vencer sin combatir” dicen los cánones de la guerra. Sin embargo, Colombia vaya si tendrá que luchar si quiere lograr el objetivo que anhela y que busca desde hace años. Sin embargo, lejos de una batalla, Colombia y Japón a partir de unas horas se enfrentarán por catapultar al tenis profesional de sus países al techo mismo del tenis.

Las serie de Play Offs, vaya si poseen emoción en la pista. Y esta no será la excepción: empezará Kei Nishikori contra Alejandro Falla. En la previa, un partidazo. Luego Giraldo contra Go Soeda. Pero también, fuera de ella, fuera de la cancha, este encuentro ha traído un intercambio cultural que ya dejó historia y recuerdos eternos, común en este tipo choques.

Será una confrontación fraternal en el marco del deporte como extraordinario fenómeno cultural, cuando se vive un ambiente de conflicto en el mundo.  

En la cena oficial organizada por el anfitrión del certamen realizada ayer miércoles en el piso 29 del Hotel Grand Pacific Le Daiba, cerca de la zona industrial de la capital nipona, hubo el truque de obsequios: Colombia para Japón- como no iba a ser de otra manera- un sombrero vueltiao. Y de Japón para Colombia: unas tazas para bebidas calientes, como un buen té o café y una placa conmemorativa del encuentro.

El equipo de Colombia, apoyado por Coldeportes, cuenta con sus mejores armas, tiene hambre, el refugio perfecto de defectos y de virtudes y por su puesto de sueños. Falla y Giraldo, los singlistas; Juan Sebastián Cabal y Robert Farah, los doblistas que jugarán el sábado el tercero punto, el de dobles; y Alejandro González, patrocinado por el Grupo Argos, y Nicolás Barrientos, quienes completan el equipo. Párrafo aparte para ellos dos, desde abril contra Uruguay en Cúcuta han sido colaboradores de lujo y han dejado el alma entrenando para el conjunto. 

En la modalidad individual, la selección asiática tiene a un Top 15. Colombia, a dos Top 100. “La Copa Davis se ríe de los rankings”, dijo alguna vez el gran periodista argentino Guillermo Salatino. Las cartas están echadas. La táctica dicha y aprendida, la estrategia armada y digerida, la actitud dispuesta y positiva.

El intercambio, ahora será desde el peloteo y la inteligencia de juego. James Allen, filósofo y escritor británico dijo alguna vez: “Cuanto más tranquilo haga las cosas un hombre, mayor será su éxito, su influencia, su energía. La tranquilidad de la mente es una de las joyas hermosas de la sabiduría”. Además de la calma y la pisca de suerte, ganará aquel que desde la valentía supere la adversidad, aquel que desde el hambre por conseguir la gloria deportiva, empuñe su fe por vencer.

¡Vamos Colombia!

Pablo de Narváez
Periodista
Federación Colombiana de Tenis